21 de abril de 2008
Érase una vez un tambor que nadie lo tocaba y estaba muy triste y un niño vino y lo tocó y nunca dejaba de tocar: por la noche, por el día, a la hora de comer...
El niño se llevó el tambor a su casa y se le perdió; el niño quedó muy triste y vino su hermano y le dijo qué le pasa. Y le dijo que se le había perdido el tambor que él había encontrado solito y triste y un día el hermano lo encontró.
Pero el tambor quería volver con su padre y con su madre pero no tenía, y vino entonces una trompeta y le dijo qué le pasa al tambor.
Y entonces la trompeta lo llevó a su casa y los dos niños también.
Guzmanit@s de 4 años B.
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